2024

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Lo que entendí este año es que no importa cómo son, cómo piensan, ni que hacen las personas que te rodean. Lo que te sirve creo yo es ver en proporción, es decir, ver a todas esas personas como un conjunto, ese conjunto te ofreció algo en fracciones, y todo sirve. Claro que lo más bonito es notar cuánto de ese total la mayor parte te ofreció lo mejor de sí mismo, porque eso para mí habla de uno. Pero también hay que valorar lo no tan bonito, porque es lo más te enseña. 

El truco es entender que todo pasa para uno. 

Es inútil intentar convencer o cambiar al otro; en cambio lo que si es útil para uno es aprender a ver qué recibiste y que hiciste con eso que te llegó, porque el otro siempre te va a ofrecer algo que aparentemente puede ir de lo agradable a lo desagradable (por resumir la escala de alguna manera), pero ese ofrecimiento, así lo dejes pasar de largo, es una semilla. 


Lo que creo que marca la diferencia entre una vida rica y una vida pobre, es tu capacidad para ver todo, lo agradable y lo desagradable, como potencial. Saber diferenciar más o menos entre yuyo y planta, regar y hablarle a lo que está creciendo. Tal vez lo más difícil es tener claro,  aceptar, que eso que está creciendo no te pertenece, y que a la vez, es parte tuya. 

Y por último, agradecer es una actitud, no algo del deber ser. Agradecer es para vos, es un suma y sigue, es el lugar desde donde uno puede seguir viendo las semillas, plantarlas, cultivarlas, cosecharlas y aprovechar sus frutos y usar nuevas semillas. Agradecer es tu tierra fértil. No lo olvides. 

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