Mente-Corazón



Algunos dicen que no pienses con el corazón porque así se cometen grandes errores, que hay que pensar con la cabeza y en frío. Otros que no pienses con la cabeza, sino con el corazón, que te dejes guiar y que no le pongas tanto seso al tema.
El tema es… ¿a cuál de los dos seguir?

Las personas no estamos acostumbradas a descubrir que, los errores, son los que te dan la oportunidad de sentir tu maravillosa vulnerabilidad. Solemos pensar que fracasamos, y sentir que no valemos. Lo que sucede es que el miedo natural que sentimos, obliga a la mente a juzgar, y ahí es donde entramos en bucle, miedo-parálisis-miedo-parálisis.
No se trata de usar una cosa u otra, sino que ambas funcionen en conjunto, en equilibrio.

Balance is the key.

Todas las decisiones son acertadas, te lleven a donde te lleven. Si el resultado no era el esperado significa que debías experimentarlo, por lo tanto no hay errores ni aciertos. ¿Cómo aprendes a vivir si no es equivocándote? A lo mejor estás en la situación de tomar decisiones, y embarcarte en una situación nueva que no conoces, y pasas de un estado a otro, pero no te puedes definir; no paras de darle vuelta a las cosas y de sentirte bien y mal.

Vamos a poner un ejemplo, estás harto de tu trabajo actual y no te sientes nada bien y quieres tomar una decisión. Te planteo una manera de desatascarte:

Primera etapa, de corazón a mente.
  1. Entra por el corazón, es decir, siéntate literalmente en una silla, cierra los ojos y nada más siente el momento presente, pregúntate cómo te sientes ahora mismo en esta situación que invade tu mente. ¿Te sientes cansado, con enfado, te duele la espalda, te sientes enfermo, aburrido, rígido...?
  2. Luego elige una respuesta entre todas, por ejemplo, rígido. 
  3. Bien, ahora usa la mente. Busca situaciones en tu presente (no importa cuales) que identifiques con la palabra rigidez y elige una sola. No seas vago, hay que ser muy descriptivo. Puede ser que te duelan mucho las rodillas o alguna otra parte del cuerpo esos días.

Lo que estás haciendo primero es captar la emoción o sensación que tanto te perturba, que es la misma que te nubla el camino a seguir.

Segunda etapa, desde mente a corazón.
  1. Tienes que deshacer el camino. Toma la situación que recuerdas y pregúntate que hubieras querido sentir en lugar de rigidez. Por ejemplo: la calma de tener tiempo para realizar tareas.
  2. Apunta eso en un papel y distrae la mente con lo que sea: hazte un café, hazte la cena o vete a pasear.
  3. Siéntate nuevamente y lee lo que has apuntado. Busca en tu mente un recuerdo cualquiera en el hayas tenido tiempo para realizar tareas, no importa que haya pasado hace mil años, tráelo a tu mente igual. Te vendrán sensaciones y emociones que te provocaron esa situación, a medida que las tengas, intenta notar tu cuerpo, seguramente la experiencia de esta segunda etapa es bastante diferente a la primera.
  4. Ya tienes grabado lo que quieres sentir y lo que, por contraste, estás sintiendo. Aunque creas que es poca cosa, no lo es en absoluto; somos una especie de grabadora con patas.

Con esto tienes suficiente, porque lo que pasará es que en los próximos días u horas, como mínimo, des un paso saliendo del atasco emocional y mental. Esto es como acordarte a qué sabe el chocolate, recordar cuanto te gusta, y que bien te sienta. Por memoria y comparación te darás cuenta que lo que estás comiendo ahora no sabe igual, para felizmente caer en la cuenta de que lo que estas ingiriendo tiene un color parecido al chocolate, pero es caca.

¿Qué crees tu que harás cuando con todo tu Ser lo descubras?

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