Sufrimos por "infidelidad" porque la mal interpretamos.
La infidelidad no tiene nada que ver con encamarse con otro/a o enamorarse de otro/a.
Sufrimos y mal interpretamos porque creemos poseer al otro. Aprendimos que el amor es poseer, entonces sufrimos con la idea de que nos quiten lo que es "nuestro". Pero las personas nacemos y morimos solas, no nos llevamos nada porque no traemos nada.
Parece un cliché, pero realmente solo cuando se empieza a comprender que uno se puede amar a sí mismo, a descubrir la compasión por uno mismo, es entonces cuando se entiende que no se necesita controlar ni poseer.
Las personas pasamos por etapas, coincidimos por un tiempo o para toda la vida juntos, lo importante es tener una vida propia, amarla y respetarla, y entender que esa vida se puede compartir el tiempo que sea. Y si ese tiempo se acabó hay que ser coherente, primero con uno mismo para poder serlo con el otro.
Cuando descubres esto, no hace falta actuarle "la mejor" a la persona que recién conoces, ni agradar a los demás. Tampoco vas a pretender que con quien mantengas una relación íntima haya un voto de castidad hacia fuera. ¿Por qué prohibir el disfrute con otras personas? Existe el riesgo que tú o tu pareja encuentren otra persona con quién deseen compartir y eso te deje fuera, pero ¿y si te pasa a ti?
Comentarios
Publicar un comentario