Las almas no se encuentran por casualidad, es un largo camino hacia el Ser mismo el que las lleva a encontrarse.
Independientemente de si se trata de llamas, almas gemelas, almas afines, o si son madre e hijo, amigos, o dos personas que se enamoran, ellos se encuentran y la magia se expande en sus vidas. Cada uno, cada mitad, tiene una llave y una caja, para el otro, y cuando se encuentran físicamente esas cajas se unen en una, se abre y de ahí sale magia, o como le quieras llamar, y se expande alrededor de esas almas envolviéndolas. Esa magia como un código de luz con polvo brillante cálido, es una especie de magma caliente, que no quema, aunque a veces parezca que sí, no llega a quemarlos.
Eso los calienta, como el fuego calienta el agua mientras el aire mantiene viva la llama que proviene del tronco, de lo que hace posible la llama. El agua, la emoción, el contenido entra lentamente en ebullición, y cuando está listo se evapora, el vapor se condensa y vuelve a la tierra.
Eso es lo que pasa con las almas cuando se encuentran. Es en ese punto álgido, que puede durar poco o mucho tiempo (humano), y que puede ocurrir varias veces mientras la magia los envuelva, es 'dónde y cuándo' lo vital, el asunto de la unión, sucede.
No es "quemar", es "proyectar" amor, odio a veces. Es saber que todo está aconteciendo. Tal vez uno de los dos implicados lo nota más intensamente que el otro, y puede que ese otro solo sienta molestias, no se entere, o por el contrario quiera salir huyendo. Puede ser que esa ebullición caliente sus pasiones y todo se sienta muy bien.
Lo cierto es que cuando el agua hierve las emociones están haciendo lo suyo: moverlos del lugar anterior.
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