Conversaciones conmigo 1: Manifestación de la Realidad


Uno va por su sendero y en el hay posibilidades: 

  • Una de ellas es: "pasear a pie". 
  • Otra es: "pasear en coche".
    • De aquí se puede desprender la siguiente: "llegar con el coche a un cruce y chocar"
    • O bien: "subirse al coche, pero cambiar de opinión y decidir pasear a pie"
      • Y de esta última puede desprenderse: "acabar sentada en un parque comiendo un helado"


¿Qué es lo que hace que las posibilidades se den o no?
El tiempo no existe como tal, es solo un estado mental para poner sobre plano nuestra manifestación.

¿Y qué es nuestra manifestación?
Es la materialización de nuestra actitud, nuestra voluntad y nuestro albedrío; podemos manifestar porque viajamos en un vehículo material denso.

¿Entonces? 
Entonces, todo depende de nuestra actitud.

¿Y el karma, el dharma y el aprendizaje?
Son explicaciones humanas a la causa-efecto. Existo materialmente en un planeta en donde todo se atrae al centro, la gravedad, causa y efecto. Pero los planos de realidad son un orden mayor a esto, es decir, la causa-efecto sucede en uno de esos planos.
Yo creo que hoy estoy entendiendo esto por primera vez, sin embargo, siempre lo entiendo, y a veces lo re-descubro. Ahí es donde entra mi consciencia expandida, el déjà vu, etc.

¿Qué tengo que sacar en claro de esto?
Que solo tengo una vida terrestre 'que conozco': esta.
Lo demás 'sucede', o 'sucedió', o 'no sucedió' en otros planos, y aunque lo sepa o no lo sepa (lo recuerde o no) lo aplico igual, sea consciente de ello o no, lo llevo en mí, es mi holograma.

¿Causa y efecto?
La causa es la actitud, el efecto es la materialización de esa actitud.
Espacio mental, espacio físico, espacio emocional. Es un 3D.
Vivo en un planeta 3D. Yo soy 3D, pero mi consciencia excede esas dimensiones, por eso mi alma no es material, pesa menos que una pluma.

¿Menos que una pluma?
El alma pesa menos que una pluma. Para sanar el alma es preciso sentir la carga que la hace más pesada: todo eso que es denso: el rencor, el enojo, la vanidad, el "querer" tener, el no poder soltar la necesidad de tener la razón...
Por eso cuando se sueltan pesos habiendo integrado la riqueza de la situación el alma se aligera acercándose a su peso original, y lo asimilado se vuelve consciencia.

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